Ver, leer u oír sobre la vida de lujos y excesos de
los que se han beneficiado del saqueo del estado venezolano, muchas veces nos
hace cuestionarnos y reflexionar de manera categórica la célebre frase de que
uso Leopoldo López “Estamos del lado correcto de la Historia” y esto más aún
cuando la necesidad toca a nuestras puertas.
Mantenerse firme a los principios éticos y morales y
no haberse vendido o sucumbido a la tentación de convertirse en parte del
destructor del estado venezolano para beneficio propio como han hecho estos,
porque tengamos en claro que ideológicamente serán contados con los dedos los
que en realidad se hacen llamar socialistas, revolucionarios o patriotas cuando
lo único que les ha movido ha sido y es el dinero.
Sabemos al menos de una veintena de ladrones que se
hicieron multimillonarios y muy famosos en la revolución del siglo XXI, pero
esta cantidad entendemos que se queda extremadamente corta cuando le añadimos a
los que simplemente se hicieron millonarios y muchos de ellos incluso ahora se
las dan de victimas y perseguidos por el régimen.
Desde hace un tiempo para acá la cabeza del régimen
(no por pensante) Nicolás Maduro ha querido adosarse la frase “Estamos del lado
correcto de la Historia” añadiéndole el gamelote del clásico patriotero para
justificar sus acciones injustificables, para ellos estar en ese lado significa
entonces el estar del lado de los criminales, estar del lado de los corruptos
(grandes y pequeños si es que la diferencia importa) y del lado de torturadores
y violadores de derechos fundamentales.
Para ellos el “Estar del lado correcto de la
historia” significa que TU tienes que pagar por su ineptitud, codicia,
corrupción y demás crímenes, mientras TU tienes que vivir sin agua, luz o
electricidad, mientras ellos gozan de todo esto sin cortes, racionamiento y
además con el plus de toda la opulencia que le ha brindado lo mal habido.
Que será de millones de familias en esta época tan
especial para los venezolanos como lo es la decembrina, como la pasaran cuando
estas carencias toquen a su puerta, hay otra más amplia, incluso más importante
como es el caso de la comida, ¿Cuántas hayacas no se comerán?, en fin los males
son ampliamente conocidos.
En resumidas cuentas, cuanto tiempo vamos a seguir
aguantando esto, el cambio viene pero el
cuándo es la pregunta, el tiempo pasa y corremos el peligro de
acostumbrarnos a este mal y la salida a esto está en ti y solamente en ti,
organización y cuando llegue el momento actuemos es solo eso lo que falta.
Que hable la calle.
Fuerza y fe.
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