Venezuela es un caso extraño donde prácticamente la
totalidad de los partidos políticos se autodenominan como "de Centro". Detrás de esas
lindas palabras se esconden la demagogia, la inoperancia y la deshonestidad que
ha caracterizado el accionar de los partidos políticos de las últimas décadas.
En Venezuela se ha desarrollado una verdadera Izquierda y
carece de una verdadera Derecha que la enfrente. La Izquierda se encuentra
fraccionada en más de una docena de grupos enfrentados entre sí en la búsqueda
del peso político. La Derecha está aún peor: ningún partido la representa,
(aunque en el discurso del gobierno se le ataca) y se ha convertido en una
franja de electorado de clase alta que carece de líderes genuinos que se
empeñan en seguir el juego del discurso oficial socialista y sin mostrar una
ideología clara.
Entre el agujero electoral que la Derecha no ocupa y la
constelación de izquierdistas, se halla la gran masa de la política venezolana,
ocupada por oportunistas que hacen de la política su fuente de trabajo.
Los Oficialistas (Nacionalistas, Revolucionarios, Patriotas,
Etc.), además de haberse apropiado de unas denominaciones que no les corresponden
y que usan para descalificar al resto de sus adversarios, venden la teoría de
la conspiración a fin de capturar los votos de una parte de la población
desorientada y que están dispuestos a comprar una explicación simple de porque
les va tan mal. La izquierda oficialista
centra su política en repartir la torta y encontrar culpables de su fracaso.
Como siempre, destruyen la torta y no les queda nada por repartir, excepto las
culpas del fracaso, que siempre echan a los gobernantes pasados o a las conspiraciones
del fantasma de la derecha.
Tanto los políticos Oficialistas como los de la oposición
comparten la incapacidad de discutir racionalmente ideas. Sus métodos se basan
en descalificar al adversario ideológico o profesional. Los Oficialistas tienen
razón ya que el mundo se divide entre ellos (los buenos) y los conspiradores y
sus lacayos (los malos). Para los Opositores el problema es mucho más simple:
ellos tienen razón ya que son mayoría.
Es sabido y aceptado que la democracia es el mejor sistema
para elegir entre alternativas. Sin embargo, nadie ha dicho que la Democracia
alcanza para que se generen las mejores alternativas. La experiencia
Venezolana muestra claramente como la
democracia ha subsistido con un sistema de partidos políticos cuyo principal
fin ha sido el de servirse a sí mismos a costa de la población.
Nuestra desgraciada experiencia democrática se ha limitado a
elegir entre el menor de dos males. Es imprescindible mejorar la oferta
política en Venezuela dentro del sistema democrático. Esa no es tarea que pueda
ser llevada a cabo por los partidos políticos tradicionales ni sus
representantes electos que nos llevaron a la actual crisis de identidad
nacional.
La Derecha sigue vacía. Hay fascistas, hay violentos, hay
autoritarios, hay xenófobos, hay corruptos, todos los cuales son alegremente
agrupados por el oficialismo en Venezuela, pero derecha No Hay.
Tan exitosos han sido los Oficialistas en descalificar a la derecha
que pocos son los que se animan públicamente a reconocerse como de Derecha y
aceptar sus banderas tradicionales: liberalismo político y económico, sistema
capitalista y economía abierta y de mercado, sin desconocer el rol indelegable
del Estado en proveer ciertos servicios básicos financiados con impuestos
progresivos. Partidos de Derecha como los que gobiernan en Europa o USA no
existen en la Venezuela actual.
La Derecha hoy existe como un nicho electoral vacio, al que
muchos temen ocupar. La ideología de Derecha y la ética Capitalista deben tener
una representación legitimada dentro del espectro político de la nueva
Venezuela. Más aún, aspiro a que todas las mayorías políticas de centro
existentes, acepten de buen grado las reglas básicas del capitalismo y de la
economía de mercado y que se diferencien en temas tales como la progresividad
de los impuestos, la composición del gasto social o el financiamiento de la
educación superior.
Muchos Venezolanos queremos una sociedad que esté orgullosa
de tener ciudadanos que ganen mucha plata honestamente, de tener empresas bien
grandes que tengan muchos empleados bien pagos y que exporten sus productos a
cambio de importaciones que sean lo más baratas posible. Merecemos un país
donde las empresas pequeñas sean un símbolo de calidad y atención personalizada
y no un instrumento de subsistencia frente a la agresión tributaria y la falta
de alternativas crediticias. Merecemos un país donde el empleo y la educación
sean el ejercicio de un derecho básico de la población y no una mercancía al
servicio del gobierno de turno. Creo que estas ideas no son exclusivas de la
clase alta ni de los empresarios exitosos. Más aún, me arriesgo a pensar que
serían afines a una buena parte del electorado que hoy vota a la oposición en
los centros urbanos y, por supuesto, en el electorado del interior del país.
No puede haber una reforma de la política si no hay partidos
políticos en el verdadero sentido de la palabra. La Izquierda ha surgido, la Derecha aún no encuentra su
rumbo.
El ideario de la Derecha se le debe de presentar la
población a fin de lograr un grado de adhesión no diferente del que la Derecha
tiene en el resto de las naciones desarrolladas. Debe lograrse la adhesión de
voluntades y financiamiento adecuado para poder enfrentar con éxito los embates
de los partidos tradicionales y de la Izquierda trasnochada.
#CambioUrgente
Fuerza y Fe.
Máximo Díaz-Estébanez
Linares
Coordinador
Voluntad Popular
Islas Canarias
@VPCanarias
vp_canarias@hotmail.com
https://www.facebook.com/voluntadpopularcanarias
www.voluntadpopular.com
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